jueves, 7 de noviembre de 2013

El molino se hacía grande.

El deseo se hace palpable en nuestras nucas: en la tuya he soplado a los dioses un poco de aliento, y tú en la mía has tratado de convencer al mar para que se volviera piedra. 
¿Es la muerte? 
Me pregunto si la reina de los nocturnos es quién dirige la espada que cuelga sobre nuestras sienes, quién puede decidir si seguimos latiendo calientes o morimos de frío. Nadie puede encontrar conexión mejor, un montón de mentiras y un portazo. Caminos rectos que comienzan a cruzarse entre ellos por culpa del mal estado del aire que nos ha envuelto. Moriremos de contaminación, lo sabes.
¿Te he dicho ya que somos polvo tratando de respirar?
Me he llevado conmigo el ritmo que mueve el viento, el brillo que desvela todos los secretos; tierra encajada en los cimientos de mis enajenaciones. Una capa de historias va transformando en mate cualquier destello, y así seguirá acumulando cuentos desde otras voces. Voy a guardarlo para siempre, te lo juro. Y prometo que nunca nadie va deformar su estado natural. El tuyo, joder. Que ahora mío y oculto únicamente para ver la luz en mis fantasías.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Polvo.

Pensaba llamarte, decirte -estoy tan colocada que únicamente deseo bailar desnuda para ti-, subir tus escalones, llamar a la puerta, besarte, y comenzar a bailar. Mi estado de embriaguez solo me permite confundir palabras con espuma, y caricias con envidia; creo que voy a saltar del tejado y a morir. Pensaba mirarte, que mis ojos dijeran -estoy tan colocada que únicamente deseo bailar desnuda para ti-, pestañear, crear huracanes de pupilas, guiñarte y comenzar a bailar. Mi estado de embriaguez solo me permite confundir mis deseos con la realidad, y ver brillo en su mirada; creo que voy a mover los pies y a vivir.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Rostro humano, y alma de espíritu nocturno.

Soy incorpórea, como un ángel. 
Voy pululando por su ecosistema sin ni siquiera rozarlo; soy transparente. 
No necesito de mis manos repasando su cuerpo para llegar a excitarme. He alcanzado la gloria desde el mismo momento se ha puesto a gritar qué sacrificaría el sol para seguir vivo un par de minutos más. 
Él, él, él; tú. 
Yo.
Sobrevivo invisible al deseo carnal, pero con la capacidad de guardar el recuerdo en mi cabeza. Terrible pánico al vacío que inunda mi mente solo de pensar que podría no haber conservado su esencia. Permitiría entregar mi cuerpo al fuego, lo se. Y también se que me abriría el subconsciente en busca de latidos; y eso me folla la mente. 
Mi asesino, mi amante; o suyos. 
Es posible que no comprenda de que habla, seguro que no creó subidas y bajadas de excitación para controlarme a mi; pero así me gusta pensarlo. Que ojalá parara de golpe tantos deseos. 
Pero prefiero que sigan. 
Es su ritmo el que me está guiando por este camino, y juro que él gime mejor cuando acaricia su guitarra blanca con los dedos. Ojalá acaricie el mío, como colocando su mano en mi cuello, y moviendo la mía hacia su pecho para comprobar que sigue latiendo.

martes, 29 de octubre de 2013

Magnético.

Es magnífico sentir como durante todo el trayecto voy notando el viento azotando mi cara. Y aunque en realidad los azotes deberían dirigirse hacia mi lujuria, en mi rostro quedan bien. He presionado al futuro en mi cabeza, contra los poros de mi piel; los sonidos se hacen cada vez más intensos dentro de mis oídos. Que no hablo del brillo, que no sus manos golpeando mi cordura, sino el ritmo que tiene la calle una vez se han apagado las luces que la visten.
Me he quedado con las ganas, y la imaginación ha decidido comenzar a jugar  confundiendo arriba y abajo; pero merecerá la pena sentir como se va encogiendo mi corazón entre sus manos. Un poquito lleno de pasión, y otro poco asfixiado. Sentir como, definitivamente, el deseo ha superado la razón, la agilidad al viento. Sentir la dulzura de las notas insultando su esencia, como el tiempo coge su canción y la divide en partes que suenan dentro de mis laberintos. Sus letras acogen todo el deseo carnal y lo guardan entre mis muslos, entre calada y calada difundiéndose por la nube de su habitación. Melodía que es libre y deja volar mi alma de forma aleatoria, confundiendo la realidad con los pensamientos. 
Permitir que la mente fluya sola hacia otros mundos, otros paisajes, y otras lágrimas. 
El viento sigue azotando mi cara, su velocidad ya no me impide ir más lento; pero la sombra de mis ganas está deambulando día y noche por mi subconsciente.

sábado, 26 de octubre de 2013

Cíclopes de dos ojos.

Estoy segura de que en cualquiera de las dimensiones que conoces, mi excitación solo podría ir en aumento. Devoro el crujir de mis dientes con tal de soportar la presión de entregarme a los tuyos, de provocar tus encías para que busquen arrancarme los lunares del cuerpo. Egocentrismo que separa mi vida de tu realidad, pero que acerca nuestras mentes hasta el punto de rozarse; casi notando la cicatriz que tus pensamientos crean. 
Cantas. 
Tú cantas hasta que quedas cachondo, hasta que tu corazón late tan fuerte que trata de explotar tu cuerpo. 
Confusión. 
Me confundes los sentidos hasta dejarme enajenada por tu voz, tus gemidos que son música, y la alineación de tu cara que espera quieta mientras tus manos hacen el trabajo duro.
Vuelve a empezar, que hasta la ceniza a cobrado vida para escuchar lo que tienes que decirnos; y si el infierno no me asfixia, yo también quiero aguantar hasta el final. Dos placeres han hecho cruzar nuestras miradas en una única dirección. Sorpresa para mis sentidos, y esperado final desde que nuestros pies también compartieron el suelo.
Me quedan 45 segundos de vida, y té en el poso de mi taza. Quien quiera que sea ese yo que está repitiendo en estos momentos esa estrella, que lo disfrute. En cuanto cruzo la puerta ansío tener de vuelta tu atmósfera, no quiero tus labios; pero deseo con todas mis fuerzas volver a perderme en ese laberinto.